«El color es uno de nuestros más potentes generadores de emociones y evoca poderosas reacciones»
Dianne Budion Devitt
Los colores hablan, tienen un lenguaje propio y un significado. Por ello, deseo abordar un punto esencial en la planificación y organización de una Convención ó un Evento: la elección del color, que sin duda, genera diferentes emociones y reacciones en las personas que formarán parte de esos momentos tan importantes.
Con los colores también se pueden transmitir diferentes mensajes que están relacionados con el bienestar, ánimo y las buenas relaciones personales.
En las bodas, el color es el hilo conductor de todas las piezas que forman parte del rompecabezas. La elección del color de las partes matrimoniales (invitaciones), la mantelería, la vajilla, la cristalería y muchos otros elementos deben ser pensados desde el inicio de la planificación. En la actualidad, el catering está relacionado de cierto modo con el color o la temática elegida.
En las fiestas de quince años, la elección del color está relacionada con la vestimenta, la temática y la personalidad de la quinceañera, buscando la satisfacción personal y el impacto en sus invitados.
Los eventos corporativos están diseñados para que los asistentes relacionen el color con la marca, producto y/o servicio que brinda la empresa. Por ello, es que los expertos en branding saben y respetan la importancia básica del color y se concentran en cómo usarlo de modo que apoye sus objetivos.
Sin embargo, existe un factor esencial que es la simplicidad de los tonos que, si bien, son un arma poderosa, debe ser bien manejada. Los colores no pueden ser elegidos al azar y debemos tener cuidado con el uso repetitivo del mismo y las combinaciones que se eligen. Existe una delgada línea entre una adecuada o inadecuada toma de decisiones. En realidad, esta simplicidad es uno de los trucos más efectivos en el diseño exitoso de eventos.
Recordemos que las celebraciones se expresan por las sensaciones, energía y emociones que se logran crear minuto a minuto, segundo a segundo y que quedarán grabadas en la memoria y el corazón tanto de los anfitriones como de los invitados.
