Festejar el cumpleaños de nuestros hijos tiene un valor único y es que más allá de realizar una celebración pequeña o grande; simplemente se trata de hacer que ese día sea mágico y que él o ella se sienta realmente especial.
Con el pasar de los años, han ido cambiando las tendencias en la organización de cumpleaños infantiles; aunque se conservan algunas lindas tradiciones, pero con toques de modernidad.
Hoy en día, las celebraciones para los niños(as) son planeadas con antelación, y deberían ajustarse al presupuesto disponible. A los niños les gusta ser partícipes de la organización de su festejo, usualmente dando a conocer sus gustos y preferencias para la temática y el menú, pero todo bajo la supervisión de sus papás.
Hace algunos años se acostumbraba a invitar té con masitas, pero actualmente, hamburguesas, alitas a la BBQ, pizzas, paninis, quesadillas, hot dogs, papas fritas, pipocas entre otros, forman parte del menú. En cuanto a las bebidas, jugos naturales y smoothies de frutas de temporada son nuevas tendencias, sin embargo se mantiene la tradicional chocolatada de nuestra infancia, que se acompaña ahora con crema, canela y/o marshmallow. El pastel y la empanada de queso son otras opciones tradicionales que se disfrutan actualmente.
Entre los cambios que han ido surgiendo con relación a esta celebración está el tema de los horarios, antes se acostumbraba a realizarlas solamente a media tarde o a media mañana con una salteñada, pero en la actualidad los desayunos y brunch son también una magnífica opción que igualmente no requieren de mucho presupuesto. En estos horarios se ofrece hot cakes, cereales con yogurt griego, panqueques, huevos, wafles con diversos toppings y cinnamon rolls, entre otros.
Las formas de animación también han cambiado, ahora se opta también por juegos didácticos e inclusivos. Hay un sinfín de actividades que se pueden realizar de acuerdo a su edad; por ejemplo sembrar plantitas y llevárselas a casa.
Pienso que la belleza de la celebración está en la simplicidad, la creatividad y el cariño con el que se hacen las cosas.